Habíamos llegado al límite que cada vaso, plato y cubierto tenía dueño y si los cambiábamos por error,"Ese no es mío, ese tampoco..."decían llorando, o bien se peleaban por el mismo color, siempre un color que no existiese por triplicado, de esta manera la pelea estaba asegurada.
El caso es que antes de comer teníamos que plantear turnos, asignando color para el menaje infantil, como podéis imaginar un desgaste de paciencia comida tras comida, por suerte comen en el cole y sólo sucedía el fin de semana, bueno y en los desayunos y cenas de los días de diario. Aún así insostenible...
Así que pensé, "si no hay opción de colores no habrá discusión".
Y me puse manos a la obra, preparé la mesa como si de una boda se tratara, todos tendríamos el mismo color de vasos, platos, servilletas etc, no permitiendo colores ni menaje infantil, hasta desenfundé la cubertería sin estrenar de ocasiones especiales, ésta era una de ellas, acabar con los caprichos de unos pequeñajos y este fué el resultado:
Por cierto funcionó.
La vajilla es de Zara Home: Pincha aquí
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Espero os haya gustado,
Hasta pronto.
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