sábado, 15 de marzo de 2014

Una pizarra para colorear...

Hola qué tal?
No me he olvidado de vosotras, simplemente el nuevo reto, conllevaba una buena planiificación, y algún que otro cambio, y con cambio me refiero a eso que estáis pensando y que ni siquiera me atrevo a escribir, es más,  si se pudiese escribir en bajo, lo haría. ( varios cambios de muebles en tan sólo un fin de semana)

Todo comenzó cuando mi hija  pequeña me suplicó y suplicó no dormir en su habitación sola, argumentando: " tú duermes con papá, Pau con Martín, y yo sola, no es justo, yo no quiero dormir sola"

Utilizó la inteligencia emocional para conseguir su objetivo, y sí, me convenció a la primera, ahí estaba yo, moviendo camas como una loca para ver si de una vez conseguía mi propio propósito, era una especie de simbiosis, ella conseguiría estar acompañada, y yo por fin me desharía de las interrupciones a media noche para colarse en mi cama.

Como casi todas las madres  la idea de dormir una única noche seguida sin interrupciones me cegó, y no me dejó ver los inconvenientes que tal situación podía causar.

Lo tenía todo controlado, primero cambiaría la cama de la pequeña a la habitación de los niños, para ello tenía que cambiar la mesa de estudio y la estantería llena de libros y todos los enseres de estudio de los chicos a la habitación de la niña, y la cómoda de la habitación de la niña cambiarla por mi mesa de estudio a la de ella,  así como un efecto dominó, acabé cambiando los muebles de cuatro habitaciones , hasta que finalmente, logré crear una habitación pintada de rosa empolvado con tres mesas de estudio, una habitación  llena de camas donde apenas sólo quedaba un pequeño pasillo para que a malas penas pudieran llegar casi trepando cada uno a su cama, y una salita de juegos.

Dormir todos en una misma habitación tenía su encanto, se trataba de una especie de acampada dónde unos molestaban a otros y no paraban de hablar y reír, contar el cuento esa noche resultó fácil, los tenía a todos en la misma habitación.

Pero ohhh como si del cuento de la lechera se tratara, mi gran plan a las 2 en punto de la madrugada fracasó, allí estaba a los pies de mi cama,  intentando trepar para colarse en ella, como venía siendo habitual desde ya hacía unos cuantos años.

Pensé : me mintió como podía haberme visto trabajar tanto y no tener piedad,  no me hubiera dolido tanto si me hubiera dado una tregua, sólo pedía un fin de semana, el primer día aunque fuera, pero sin piedad ahí estaba. Aunque quise matarla me contuve y le pregunté:¿Candela por qué has venido a mi cama? Me prometiste que no lo harías si no dormías sola.

Y ella contestó: "no sí yo con quién quería dormir era contigo..."

Os podéis imaginar la cara que se me quedó... No me lo podía creer...

Aguanté así un par de meses con la fe de que poco a poco cambiase la situación pero que va, iba a peor no sólo se colaba en mi cama que a veces lo hacía también en la de sus hermanos.  En cuanto recobré fuerzas deshice todos los cambios pero como os podéis imaginar generé otros nuevos.

Y fue cuando al sacar la cama de la niña se me ocurrió, vi un espacio que ya no me apetecía llenar con una mesa de estudio, además en estos meses me había dado cuenta que no podían estudiar juntos unos desconcentraban a otros y el mayor seguía estudiando cuando los peques ya dormían, así que le día otra utilidad y aquí os enseño el resultado.
El rinoceronte y la percha de animales son de ZARA HOME, los cestos de pinturas de números de IKEA  y la pintura y los listones de LEROY.











Espero os haya gustado.

Hasta pronto!

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